México S.A.
Carlos Fernández Vega
Igual que los empresarios buscan mejores mercados los trabajadores cruzan fronteras para elevar sus condiciones de vida
Contra toda lógica de mercados abiertos, que tanto gusta promover en el discurso, el gobierno de Estados Unidos intenta aplicar un nuevo conjunto de disposiciones antinmigrantes de corte fascista, con un solo fin: persecución y expulsión en nombre, dice, de la “seguridad nacional”, aunque para lograrlo entre las patas se lleve, más allá de los derechos humanos, una parte central de la actividad económica, en buena medida sustentada en la mano de obra que pretende fumigar.
Redadas, muros, militarización fronteriza y demás acciones para “resolver” una realidad que obligadamente merece respuestas y actitudes inteligentes, que no es el caso del gobierno estadunidense. Dichas acciones no han evitado, ni lo harán, el creciente flujo de mano de obra latinoamericana, especialmente mexicana, un tema tajantemente excluido de los tratados bilaterales, cuando tendría que ser el primero en las negociaciones.
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