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15 marzo 2007

"Ya se va ese cabrón asesino, ¡bendito sea Dios!", dijo doña Socorro

"¡Bendito sea Dios!"
jueves, 15 de marzo de 2007
La "despedida" a Bush, a cargo de un contingente de manifestantes en la Plaza Grande de Mérida.- (Gijón)

Mujeres con maquillaje al estilo "Apocalypto", en la protesta.- (Gijón)

El estadio "Salvador Alvarado" volverá hoy a abrirse al público, luego de cuatro días de pesadilla.- (Albornoz)

Se fueron Bush y Calderón y la calma retornó a Mérida, ciudad que permaneció sitiada durante prácticamente una semana y donde se suspendieron de facto las garantías de libre tránsito y manifestación, ante la pasividad y complacencia de las "autoridades" estatales y municipales/ Decenas de comercios afectados por el cierre de calles

A las doce del día, por el Sur de Mérida, los vecinos miraron, asombrados, al Air Force One levantar el vuelo. "Ya se va ese cabrón asesino, ¡bendito sea Dios!", dijo doña Socorro, una mujer que, en la esquina de las calles 50 con Circuito Colonias, esperaba el camión urbano. Y respiró aliviada. El presidente de los Estados Unidos, George Walker Bush abandonó Yucatán al mediodía y el desasosiego se disipó.
Bush fue despedido con una marcha en el Centro Histórico, alrededor de la Plaza Principal, casi a la misma hora en la que conjuntamente con Felipe Calderón Hinojosa daba una "conferencia de prensa" en el hotel Fiesta Americana Mérida.
--¡Lárgate, asesino!
Ese grito rebotó, una vez más, en los edificios del Centro Histórico.
--¡Libertad a los presos políticos!
Ese fue otro de los gritos para los "compañeros detenidos arbitrariamente por la policía" la noche del martes.
Bush, acompañado de su comitiva y el embajador estadounidense en México, Antonio O. Garza, llegó al aeropuerto internacional "Manuel Crecencio Rejón" a las once de la mañana en la limusina "Cadillac" placas 808202 de Washington.
En el aeropuerto lo despidieron funcionarios del gobierno usurpador: la Secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa Castellano, el embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhan Casamitjana.
En la Plaza Principal le decían adiós y hasta nunca los manifestantes. Y un grupo de muchachas, con maquillajes que parecían sacados de la película Apocalypto, de Mel Gibson, iban repitiendo aquella frase en maya con la que el gobierno panista pretende curarse en salud haciendo creer que los mayas están presentes. Pero daba vergüenza verlos repetir una consigna mediatizada en una "protesta" realizada varios minutos después de que Bush había abandonado el territorio yucateco.
Bush y Felipe Calderón Hinojosa ofrecieron, antes, una "rueda de prensa" en la que sólo permitieron las "preguntas" de seis reporteros de los muchos acreditados.

POR ESTO!

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