jesusa cervantes
México, D.F., 20 de marzo (apro).- Una vez que eludió los retenes que el panista Jorge Zermeño pidió colocar en un kilómetro a la redonda de San Lázaro, por temor a enfrentar a los trabajadores que se oponen a la nueva ley del ISSSTE, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet --quien hoy trata de corregir el menguado sistema de pensiones heredado de la dictadura de Augusto Pinochet--, arribó a la Cámara de Diputados para ser homenajeada por diputados y senadores mexicanos en sesión solemne de Congreso General.
Pero todo se retrasó. Los manifestantes --a quienes tanto teme el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados-- lograron “burlar” a policías capitalinos y a elementos de seguridad del recinto, quienes tenían bajo su custodia la integridad de los legisladores. No lo lograron.
Una decena de manifestantes --opositores al nuevo régimen de pensiones-- ingresó a las instalaciones de San Lázaro, justo en el momento en que senadores y diputados del PAN descendían de sus autos.
Enfurecidos porque no se les consultó la nueva ley, porque la dirigente magisterial se podría beneficiar de ella y porque se anula el régimen de solidaridad a pensionados, los burócratas --principalmente maestros de la sección 22 de Oaxaca y 18 de Michoacán-- estamparon con “spray” consignas en contra el diputado del PRI y dirigente nacional de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), el priista Joel Ayala, y dieron alcance al coordinador del PAN en el Senado, Santiago Creel.
Mientras le arrojaban plantas que arrancaron de las macetas, Creel corría intentado eludir las “pintas” que pretendían estampar en su traje; en tanto su compañero de bancada, el exdiputado Alejandro Zapata Perogordo, recibía detrás de su cuello un impacto con una botella de agua lanzada como proyectil.
PROCESO
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