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06 diciembre 2006

Todo oaxaqueño es sospechoso

josé gil olmos, pedro matías y rosalía vergara
Revista Proceso
Oaxaca, Oax., 5 de diciembre (apro).- La captura del líder de la APPO, Flavio Sosa, la noche del lunes, unas horas antes de que acudiera a la mesa de diálogo con autoridades de la Secretaría de Gobernación, lejos de hacer menguar el conflicto polarizó las posturas de las partes en pugna.

Por un lado crece la presión internacional sobre el gobierno de México a fin de que encamine una investigación a fondo sobre las circunstancias en que fue abatido el camarógrafo estadunidense Bradley Will, reclamo al que se sumó este martes la Audiencia Nacional española, y por otro, este martes una comisión de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca arribó a las oficinas de la Segob en Bucareli, en busca de reanudar el diálogo para solucionar el conflicto en la entidad y, de entrada, anunciaron que exigirán la liberación de los detenidos.

Destacaron que los líderes aprehendidos la víspera, entre ellos Flavio Sosa, son considerados "rehenes políticos". Incluso arremetieron contra el priista Ulises Ruiz el que, denunciaron, sin el apoyo de la Policía Federal Preventiva (PFP) no podría gobernar.

Y poco antes del mediodía, hizo su arribo el exsubsecretario de Gobierno de Gobernación, Arturo Chávez el que, al referirse a la captura de Flavio Sosa y su traslado al penal mexiquense de La Palma, ahora del Altiplano, dijo que "hay decisiones que se tienen que tomar".

Cabe destacar que Flavio Sosa es originario de San Bartolo Coyotepec, municipio conurbado a la capital oaxaqueña. Fue fundador del PRD en la entidad y uno de sus primeros diputados federales plurinominales. En 2000, renunció al sol azteca para sumarse a la campaña del entonces candidato presidencial Vicente Fox Quesada.

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