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16 diciembre 2006

Dos semanas van y todo empeora

Desfiladero
Jaime Avilés


Aumentan carestía, desempleo y recesión

El vacío de poder abre un hoyo en la SEP

¿Quién recuerda a Lorenzo Gómez Morín?

El ex subsecretario de Educación Gómez Morín Foto: José Antonio López Dos semanas después del cambio de parejas presidenciales en Los Pinos, el encono que dividía a los mexicanos empieza a desaparecer. Los que votaron por Felipe Calderón, o se negaron a ver el fraude electoral, o lo justificaron como un mal necesario para salvar al país del "peligro" del populismo, ya no lo defienden con el ahínco de la semana antepasada. Ahora guardan silencio, miran a otra parte, se encogen de hombros. Sospechan que la televisión y los políticos de siempre los volvieron a engañar.

Y es que en la calle nadie entiende qué pasa. Calderón se pasó la campaña amenazando con que si ganaba Andrés Manuel López Obrador regresaría la inflación y, sin embargo, por increíble que parezca, en estas dos semanas de "gobierno" subieron los precios de gasolina, leche, tortillas, carne, huevo y muchos productos indispensables más, al tiempo que cientos de personas inocentes de toda clase y condición social eran detenidas y torturadas en Oaxaca y enviadas a distintas cárceles del país.

Juró que aplicaría una política económica para proteger sobre todo a los pobres, y en el brevísimo lapso que ha permanecido en el "poder", además de impulsar la carestía, ahora sale con que el año próximo habrá despidos en el sector público y no aumentará ni un centavo las pensiones de los ancianos, y no apoyará a las madres solteras, los niños recién nacidos y las personas discapacitadas. Más aún: recortará 70 por ciento el presupuesto destinado a la lucha contra el sida y aplicará severas restricciones a la investigación científica y tecnológica, en particular, y a la educación, en general.

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