Translate

02 octubre 2006

El fantasma de Louisa Michel

Sábado 30 de septiembre de 2006

Carlos Beas Torres*

Desde hace más de tres meses, los fantasmas de Louisa Michel y Elisee Reclus pasean de noche por las desiertas calles de una vieja ciudad del sur de México; la oscuridad tan sólo es iluminada por la luz tenue de los focos de las lámparas o por el fuego de las hogueras que en cientos de barricadas calientan las noches oaxaqueñas.

Los datos más conservadores indican que la población de la ciudad de Oaxaca ha levantado por lo menos unas 500 barricadas; otros más exaltados hablan de hasta mil 500 levantadas en una sola noche.

La comuna de Oaxaca nació a raíz de que el gobernador Ulises Ruiz, un tipo déspota perteneciente al PRI más violento, ordenó el pasado 14 de junio un agresivo desalojo en contra de un plantón pacífico que realizaban profesores en huelga. El operativo policiaco ocurrido en el Centro Histórico no sólo golpeo a los sindicalistas, ya que al ser acorralada la policía, el gobernador ordenó utilizar un helicóptero particular para tirar desde el aire bombas de gas pimienta. La intoxicación alcanzó a empleados de hoteles y comercios, así como a vecinos y a cientos de turistas que tuvieron que ser desalojados del campo de batalla. Los sindicalistas recuperaron el centro y con esta acción despertaron la conciencia de la población.

Casi de inmediato 360 organizaciones sociales de todo tipo, desde indígenas hasta mujeres, pasando por ambientalistas, pequeños comerciantes y universitarios, crearon una asamblea popular, un tipo de parlamento ciudadano, mejor conocida como APPO. Esta asamblea ha realizado cinco megamarchas, movilizaciones que han reunido a cientos de miles de manifestantes; ha tomado más de 30 alcaldías y bloqueado carreteras, cerrando además las oficinas públicas y juzgados. El gobierno dejó de existir y sólo quedó visible en operativos nocturnos donde cientos de policías de civil y golpeadores salían a la calle a disparar armas de fuego en contra de la población. Ante esos operativos las barricadas oaxaqueñas han demostrado su enorme eficacia.

Las mujeres han jugado un papel extraordinario; una buena tarde, miles de ellas se manifestaron por la ciudad, batiendo cacerolas, y llegaron a la televisora oficial a pedir que se dejara entrar a una comisión para dar a conocer sus preocupaciones. El personal de vigilancia les negó el paso, lo cual obviamente las indignó, acto seguido tomaron la televisora y durante varios días transmitieron, hasta que un comando policiaco inutilizó las antenas a balazos, lo cual generó una nueva acción de la población, la cual tomó de inmediato 13 radiodifusoras, donde se dio por vez primera voz a cientos de mujeres y hombres anónimos.

La represión ha sido vasta; varios dirigentes de la APPO han sido detenidos, maltratados y permanecen encarcelados, uno de ellos en un penal federal de alta seguridad; dos manifestantes han sido asesinados; decenas de personas han sido golpeadas o amenazadas. Ante ello se ha respondido con extremada cautela; sin embargo, los medios de comunicación masiva tratan a toda costa de ocultar la impresionante revuelta ciudadana y sólo destacan los posibles nexos con la guerrilla y el vandalismo que significa cerrar el acceso a bancos, grandes centros comerciales o al aeropuerto.

Ver jornada

No hay comentarios.:

Publicar un comentario