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19 noviembre 2008

■ Cuando rechazar significa convalidar

Astillero
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

■ Aceptación a trasmano

■ Seguir en el tianguis

Alejandro Encinas no se atrevió a dar ayer el paso hacia delante que permitiría dejar atrás la historia del perredismo de siempre. Prefirió quedarse en los arreglos de conveniencia, en el tianguis de los intereses grupales, en las maniobras que en el discurso plantean “rechazos” y en los hechos significan convalidación de lo presuntamente repudiado. El político que pudo haber nucleado la creciente animadversión a las prácticas de oportunismo y mercantilismo de las cúpulas del sol azteca y encabezado un auténtico movimiento de renovación (no el ente negociado que se anunció también ayer) optó por hacer un discurso sobre la podredumbre extrema a que se ha llegado en un partido a cuya elite prostituida y manipulada aceptó convalidar mediante un sesgo convenido que a cambio de aceptar en la práctica a Jesús Ortega como presidente le permitirá conservar la secretaría general del comité nacional perredista mediante interpósita persona (Hortensia Aragón) y promover una opción desdibujada, sabidamente infructuosa e indefendible, de presunta renovación “desde dentro”.
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