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05 noviembre 2008

■ Cúpula tocada

Astillero
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx


■ Doble golpe

■ ¿Ramón Martín Huerta II?

Nadie pudo anoche desvanecer el tufo de atentado. Ni siquiera el explicablemente dolorido Felipe Calderón, que alentó claves de maquinaciones oscuras al dar un breve mensaje mediático en el que no asumió el presunto accidente aéreo como un lamentable suceso que por no tener implicaciones ni significados ocultos o de reto al poder habría de agotarse en sí mismo, en el natural cumplimiento de rituales íntimos y de exaltaciones públicas, sino que lo convirtió en motivo de acicate, causa de endurecimiento verbal y anuncio de decisiones por tomar. Enfoque ajeno al contexto llano de un mero accidente, razonar apresurado (y, por ello, altamente demostrativo de que en esa cúpula tocada ya se tenía información grave dos horas y media después de la caída del jet oficial) y respuesta aguijoneada en función de combates tan fieros que llegan a causar bajas en el entorno más cercano, en el entorno que es escalón antes de llegar a la cúspide, en una espiral creciente de confrontaciones y atentados que se nutre de la guerra sin sentido al inextinguible narcotráfico, de las peleas mercantiles por riquezas petroleras y de las fieras batallas internas por la riqueza derivable de cargos públicos y postulaciones.
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