Publicado en la Jornada
Astillero
Julio Hernández López
Por sus pistolas
La Santa Corte
El otro plantón (militar)
Soldados azules
Hildebrando hidrocálido
Tan en su ambiente se sintió ayer el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela, al visitar la universidad de los Legionarios de Cristo (la Anáhuac), que experimentó súbita conversión, pues pasó de garante de la legalidad a promotor institucional de la desobediencia civil. Dado que hay herejes que pretenden que la Santa Corte baje de su pedestal divino para juzgar presuntas aberraciones electorales terrenas, invocando letanías jurídicas como un tal artículo 97 constitucional, el legionario Mariano se habilitó como unipersonal sesión plenaria del Poder Judicial federal (varios ministros distintos y un solo presidente mariano verdadero) para declarar por sus benditas pistolas que el articulejo antes mencionado, que faculta a la Tremenda Corte a investigar violaciones graves en materia electoral, "es anacrónico, obsoleto, está redactado con los pies y no sirve para nada".
Si esas opiniones pedestres tiene el presidente de la Corte en relación con un artículo constitucional vigente (todo sea con tal de impedir mediante jurisperito madruguete que prosperen las pretensiones ciudadanas de que la mencionada Corte intervenga en el cochinero electoral en curso), a nadie debe extrañar que el grueso de los ciudadanos entienda que Constitución, leyes, códigos, reglamentos, bandos y demás ordenanzas sean simples colecciones de letras sujetas a las leyes del mercado político.
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