Carlos Abascal y Flavio Galván censurados durante seminario por el "fraude electoral"
En medio de protestas, Virgilio Andrade justificó ausencia de Ugalde en la UNAM
El abogado general de la universidad llama a evaluar la legislación para evitar suspicacias
ALONSO URRUTIA
El seminario convocado para discutir sobre el futuro de la democracia mexicana organizado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se tornó, en su ceremonia inaugural, en una estridente recordatorio del saldo del pasado proceso electoral. En representación de Luis Carlos Ugalde, presidente del Instituto Federal Electoral, el consejero Virgilio Andrade debió asumir todas las recriminaciones e insultos, mediante gritos y pancartas que estaban preparados para el titular de la autoridad electoral.
Casi sin tregua, mantas con la leyenda "Ugalde, ladrón, traicionaste a la nación" acompañaban a los gritos de "¡traidor a la democracia!", las exigencias de renuncia, los gritos demandando juicio político acompañaron a insultos más personales contra el consejero, quien intentaba hablar de la democracia mexicana: "Tema central (para la reforma electoral), y hoy lo estamos viendo en las expresiones de ustedes, es el IFE, por eso es muy positivo que se aborde en esta máxima casa de estudios".
Los gritos de más de una veintena de personas hacían casi inaudible su ponencia en el auditorio del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM. Expresiones que después lo acompañarían al dirigirse a su automóvil. Sin inmutarse, Andrade asumió todas los reclamos y, con paciencia, intentaba dialogar con quienes le reprochaban el "fraude electoral".
"Pluralidad y sentimientos"
Tras el acto, Andrade definió el carácter de las protestas: "son representaciones de la pluralidad y de los sentimientos que hay en el país."
¿Por qué no vino Carlos Ugalde? se le preguntó.
Se cruza con un mandato que el Consejo General le dio para trabajar sobre la controversia constitucional justificó.
A esa hora, funcionarios menores ya habían presentado el recurso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Andrade no fue el único que escuchó protestas, aunque sin duda sí fueron las más intensas. Carlos Abascal, ex secretario de Gobernación, esuchó gritos de "¡asesino!", "¡fuera!", y reproches a sus creencias religiosas para echarle en cara su "traición" a la democracia cuando fungía como responsable de la política interior.
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