Comité para Protección denuncia que narcos corrompen a los informadores; el reporte hizo hincapié en la muerte del videoperiodista Brad Will, durante las manifestaciones en Oaxaca realizadas en octubre del año pasado
José Carreño
El Universal
Martes 06 de febrero de 2007
WASHINGTON.- México se ha convertido en uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en America Latina, indicó el reporte anual del Comité para Protección de Periodistas (CPJ).
Carlos Lauria, director del grupo para America Latina, destacó también "la falta de resolución, de investigación de casos" de los dos periodistas muertos el año pasado y que el CPJ pudo verificar fueron asesinados a consecuencia directa de su trabajo y cinco más que murieron en circunstancias no explicadas aún.
El reporte hizo hincapié en la muerte del videoperiodista Brad Will, durante las manifestaciones en Oaxaca realizadas en octubre del año pasado; el asesinato de Roberto Marcos García en Veracruz en noviembre pasado y la desaparición de Rafael Ortiz Marinez en Monclova, en julio.
"La impunidad sigue siendo la regla", comentó Lauria.
El CPJ precisó que sus números son más reducidos que los ofrecidos por otros grupos, porque aplica criterios de mayor rigor y no se pronuncia en torno a un presunto crimen a menos que este debidamente documentado con su propia información.
La muerte de los reporteros fue considerada como producto de grupos de crimen organizado, que agredieron también físicamente a medios informativos como El Mañana de Nuevo Laredo, en lo que ha llevado efectivamente a una autocensura, especialmente en los estados del norte de la República mexicana.
El texto hizo notar la situación de esta ciudad como una de "violencia y temor", al subrayar que, en ocasiones, tiroteos en el centro de la ciudad no son reportados y que las propias autoridades han dejado de informar sobre crímenes por narcotráfico.
Consignó además entrevistas con periodistas en que "describieron un clima de extendida corrupción en el que miembros del cártel del narcotráfico ofrecen sobornos de forma rutinaria y algunos colegas trabajan directamente para grupos criminales".
Refirió como ejemplo la decisión del diario El Mañana, de Nuevo Laredo, de limitar su cobertura sobre crimen organizado, luego de que en febrero del año pasado sus oficinas fueran atacadas por un "comando" y de que su editor Roberto Javier Mora fuera muerto a puñaladas en 2004.
El reporte, en todo caso presentó los contrastes para la prensa en México, donde las agresiones a la libertad de prensa se dan al mismo tiempo que avances en términos legislativos garantizan el secreto profesional.
Pero destacó la creación de un Fiscal Especial sobre Crímenes contra Periodistas, así como la aprobación de una ley en ciudad de México que elimina "crímenes contra el honor" como libelo y difamación para referirlos a cortes de derecho civil. Señaló, además que una ley federal similar quedó empantanada en el Congreso.
Al hacer una evaluación del periodo presidencial de Vicente Fox, el documento del CPJ lo calificó como un "historial contradictorio", toda vez que fue criticado por su fracaso en lograr reformas sociales y la violencia contra la prensa se convirtió en un problema de gravedad ante el incremento de crimen y narcotráfico.
Sin embargo, también anotó que el mandatario "Fox estuvo dispuesto a confrontar la violencia como un problema nacional con la creación de una Fiscalía especial. Su legado de libertad de prensa fue pulido también por una ley de información pública que permitió acceso a vastas cantidades de secretos gubernamentales que eran secretos".
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