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21 septiembre 2007

Por tres mil millones de pesos… hasta Azcárraga, Salinas Pliego y los Aguirre están dispuestos a escuchar al pueblo.

Autor: monica g ramirez

Por Gisela Ramírez

Puede ser comprensible que los dueños de los emporios de la Radiodifusión y los televisivos asuman su papel y defienden los tres mil millones de pesos que no volverán a ver cada elección a partir de que se apruebe la Reforma Constitucional-Electoral.

Puede ser que sus principales empleados, los conductores estrella (Javier Alatorre, Joaquin López Dóriga, Pedro Ferríz, Paty Chapoy etc), como tales, defiendan los intereses de sus patrones y por supuesto de sus líneas editoriales y lo que pueden sentir como el derecho a acrecentar el presupuesto de sus centros de trabajo, lo inadmisible es que de forma evidente y hasta burda confundan a la opinión pública y pretendan convocar una bandera de supuesta defensa de la libertad de expresión, cuando no está en riesgo y por el contrario a lo largo de la historia de esos mismos empresarios sea demostrado su animadversión por todo lo que implica abrirse a transmitir todas las voces en todos los temas y en cualquier momento. El día que se aprobó el dictamen en comisiones unidas en el Senado de la República, tuve la oportunidad de ser testigo de esa historia.

Como muy pocas veces sucede, los dueños de los medios electrónicos económicamente más grandes del país, hicieron despliegue de todo su elenco de conductores. Ellos mismos decidieron permanecer en cadena nacional durante cuatro horas sin cortes comerciales sin importar si había ataques a instalaciones de PEMEX o bien sí la reforma fiscal estaba también en plena aprobación en las comisiones de la Cámara de Diputados, es decir como nunca antes en la historia reciente autorizaron darle cobertura total. Se dicen sorprendidos por la forma en la que se aprueban reformas legislativas, pero ellos mismos deciden regularmente no darle la importancia que merece el proceso legislativo, decisiones importantes se toman desde las curules y escaños de ambas cámaras, pero no les importa hasta que afectan sus intereses.

Qué lástima que esos mismos dueños no hayan sido tan democráticos y abiertos cuando se negoció, ahí sí a oscuritas con los candidatos en turno, la llamada ley de medios, ahí no pidieron el punto de vista de las más de mil 500 estaciones de radio del interior de la República o de las permisionadas o las instaladas en las comunidades indígenas.

Cuando hace apenas un año en la campaña electoral del 2006 decidieron amenazar e imponer a los dirigentes de todos los partidos políticos que el 90% de los recursos destinados a los medios de comunicación solo se repartirían entre cuatro grupos privilegiados: Televisa, Tv Azteca, Radio Fórmula y Radio Centro o de lo contrario no contarían entre sus transmisiones entrevistas con sus candidatos presidenciales. Al menos esa fue la respuesta que dieron los responsables en comunicación de cada campaña cuando los medios “chiquitos” (tan solo en radio: Radio 13, Acir, Núcleo Radio Mil, Monitor y en tele MVS), tardíamente se dieron cuenta que los habían dejado fuera de la negociación y como cada elección los grandes se los habían devorado.

Por ello, esos mismos medios decidieron bajar de las respectivas giras de los candidatos presidenciales a sus reporteros, un poco por que no había dinero que alcanzara pero también en protesta por la negociación a oscuritas de los grandotes. ¡¿Eso es democracia, eso es defender la libertad de expresión?!, y cuando se pretendió modificar la ley de medios pasó lo mismo, estos mismos “grandulones”, impidieron reformas equitativas, hasta el día de hoy se siguen oponiendo a la sana competencia entre medios electrónicos por contenidos y no solo por calidad en la transmisión.

Cada vez que pueden sus mismos dueños y personeros se plantan frente al secretario de comunicaciones en turno y ante el mismo presidente de la República para pedirle y si no es por las buenas por las malas a exigirle que no abra las frecuencias, que no se permitan las estaciones combo o simplemente que a las de Amplitud Modulada no les permita desarrollarse hacia otra tecnología. Lo malo es que los mexicanos somos tan olvidadizos que esos pasajes de la historia aunque sea de hace un año no se recuerden.

Por supuesto que la molestia principal son los más de tres mil millones de pesos que afortunadamente no verán otra vez en las elecciones venideras, aunque la competencia electoral pueda ser más equitativa

. Sí antes el PAN, PRI o PRD podían comprar 500 spots por uno de los partidos chiquitos, ahora un partido verde o el de Convergencia tendrá espacio oficial para transmitir uno de cada 5 de un grande, la diferencia es significativa. Además la reforma contempla que ya no existirá el secreto bancario, fiduciario o fiscal para las cuentas que manejan los partidos políticos y que impidieron en su momento agilizar y ser más claros en los casos: “Pemexgate y Amigos de Fox”. Como ciudadanos tenemos el derecho de exigir a los legisladores que trabajen, y lo hagan para llegar a acuerdos, los ciudadanos tenemos que leer más estar más informados de lo que sucede en el país para tomar decisiones, elegir a nuestros gobernantes y no solo quejarse o seguir como “borregos” todo lo que digan los televisores sin razonar. Pese a todo, y que las leyes son perfectibles, fue histórico observar que por fin los legisladores se ponían a trabajar, llegaban a acuerdos y se enfrentaban a poderes que ya eran casi incontrolables.

Ahora que los acuerdos sigan porque México tiene muchas virtudes para salir adelante, pero requerimos de una nueva estructura, de instituciones modernas y fortalecidas que respondan a las necesidades de un país que requiere cambios de fondo aunque algunas decisiones sean dolorosas para sectores que antes eran intocables.

Con las cifras que no volverán a ver esos empresarios, no es de extrañarse que ahora un Emilio Azcárraga, un Ricardo Salinas Pliego y hasta los hermanos Aguirre, dueños de Radio Centro, se digan dispuestos a enarbolar la bandera de la libertad de expresión e incluso prestarse a escuchar al pueblo, que regularmente no les importa, si no solo hay que ver y oir los contenidos de la programación de sus distintas emisoras, la calidad de sus programas desgraciadamente para los mexicanos es dudosa.

Publicado:periodistas en linea.org

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