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21 septiembre 2007

Después de Los Pinos, el paraíso


La clásica historia de las famiglias con pasado porfirista,aristócratas venidas a menos,que aprovecharon los puestos públicos para capitalizar sus desgastados bolsillos a costa de aquellos a quienes decian representar.Lo grave de este asunto es que todos los puestos de la administración pública federal actual están ocupados por estos aristócratas venidos a menos, que buscan aprovechar esta coyuntura que les dió el fraude electoral de permanecer en el poder a costa de lo que sea para capitalizar sus personales arcas.Si tienes alguna duda,no dejes de darte una vueltecita por cualquier dependencia del actual desgobierno.


antonio jáquez
“Con la conciencia tranquila”, Vicente Fox y Marta Sahagún decidieron mostrar públicamente –desde la impunidad, sin pudor alguno— los lujos de sus vastas propiedades –construidas o remodeladas en sigilo, sin manifestación explícita en la declaración patrimonial del expresidente— en San Francisco del Rincón, Guanajuato. Con “Su vida después de Los Pinos”, alcanzaron la ilustración de la portada de la revista Quién, privilegio al que aspiran, cada dos semanas, las celebridades y los millonarios mexicanos. En la entrevista que acompaña a las fotografías donde se luce la pareja que se piensa protagonista de una película de época, Fox lanza un enigmático desafío que refleja, por lo menos, mala conciencia: “Aquellos que dicen que esta propiedad es producto de dinero robado o del dinero que me dejó la Presidencia tendrán que comer chicharrón porque no es así”.

México, D.F., 19 de septiembre (apro).- Vicente Fox se figuró a tiempo su paraíso posterior a Los Pinos, y lo levantó a su antojo junto al rancho familiar en San Cristóbal, Guanajuato –que a su vez fue reconstruido, como “por milagro”, según los lugareños–, y cerca de la casa que compartió con su primera esposa, Lilián de la Concha.

Y lo hizo, claro, con toda la fuerza del poder presidencial, sin reparar en gastos ni extravagancias, y hasta se dio el lujo de llevarse a su nuevo paraíso al cocinero que tenía en Los Pinos –un militar del Estado Mayor Presidencial (EMP)–, para no extrañar la sazón de sus guisos preferidos.

El sitio fue revelado en julio de 2005 por Anabel Hernández y Arelí Quintero, en su libro La familia presidencial, el gobierno del cambio bajo sospecha de corrupción (Editorial Grijalbo). Las reporteras documentaron la insólita transformación de tierras áridas en una hacienda próspera, llamada La Estancia –que tiene incluso plantíos de agave azul–, y resaltaron el modo impreciso en que la propiedad aparece en la declaración patrimonial de Fox.

Ahora son el propio Fox y su esposa Marta Sahagún los que “abren su rancho” a la revista Quién, escaparate de los ricos y famosos. Los Fox exhiben su actual estilo de vida impúdicamente, es decir, se muestran como son: pretenciosos, frívolos, desmemoriados, mentirosos...

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