Pemex tendrá que desembolsar 102 millones más por el 5% de Repsol
Esa es la cantidad que pagaría de más Pemex entre el lunes 29 de agosto y ayer, jueves 1 de septiembre, por el 5 por ciento que quiere sumar de Repsol -que subió un 8,8 por ciento desde que se conoció la jugada-. Si al cierre de la cotización del día de autos habría pagado 1.152 millones de euros (1.645 millones de dólares), ayer habría tenido que desembolsar 1.254 millones (1.790 millones de dólares). En cualquier caso, una cantidad que ciertas voces dicen que no sobra en las arcas de la petrolera mexicana. Tema que habrá sido tratado en el consejo de ayer, tanto por la cantidad como por lo que supone la estrategia a seguir.
Según los analistas de Espirito Santo, desde el pasado lunes Pemex sólo tiene 23 días, hasta el consejo del 28 de septiembre, para hacer ese movimiento. Si puede. Porque Caixabank posee el 12,8 por ciento del capital, y no piensa vender a corto plazo. Los demás accionistas de peso son BBVA, con un 3,9 por ciento, y Blackrock, con un 3,1 por ciento, y tampoco creen que vayan a deshacerse de una parte a estos niveles (ayer Repsol cerró en bolsa a 20,56 euros por título, tras subir un 2,44 por ciento).
Mientras, la de México se habría puesto en contacto con algunas entidades bancarias para empezar a moverse. Desde la firma portuguesa esperan que al menos una parte de las acciones sean adquiridas en el mercado y eso tenga un impacto positivo sobre el precio de las mismas.
Por otra parte, hay que señalar que Petróleos Mexicanos habría comprado a finales del pasado mes de julio, a través de su brazo de comercialización internacional PMI Holding, acciones hasta llegar al 4,8 por ciento de la petrolera española. Y esa fue la primera adquisición directa desde que a finales de 2008 reordenó la actual participación.
En medio del revuelo general los medios de comunicación del país azteca comentan que allí ya se sabía hace un mes lo que se estaba pergeñando, puesto que la compañía paraestatal había dejado claro en alguna ocasión que sus intereses irían por la expansión hacia otros países, con el fin de convertirse en un competidor más agresivo dentro del mercado energético.
Pero no eran los únicos que barruntaban algún movimiento. O el movimiento tal cual se estaba cocinando. Se ha sabido que a mediados de agosto el presidente de Repsol viajó a Ciudad de México de la mano de su director financiero para almorzar con el director general de Pemex, Juan José Suárez. Antonio Brufau habría hablado claro, en un intento de frenar la conjura con Luis del Rivero. Un encuentro que, como ya se ha visto, no surtió el efecto deseado para el máximo responsable de la española.
UGT y CCOO, con Repsol
Algunas voces aún no habían sido escuchadas al respecto de la operación. Era el caso de los sindicatos UGT y CCOO. Ayer se manifestaron de forma meridiana. Apoyan el modelo industrial de Repsol "que genera estabilidad y empleo", y temen que un posible control dual de parte de Sacyr y Pemex haga cambiar la política de dividendos hacia un mayor reparto de los mismos.
El secretario general de la Federación de Industrias Textil-Piel, Químicas y Afines de CCOO manifestó la "seria preocupación" ante la posibilidad de que provoque un "debilitamiento de un proyecto industrial de éxito como el de Repsol, con resultados positivos en industria, tecnología y empleo".
Joaquim González añadió que "con la situación del país, cuando en la empresa y por parte de los trabajadores todo el mundo está intentando hacer esfuerzos y una política consecuente dentro de la propia negociación de los convenios colectivos y acuerdos marco, nos abre un poco las carnes ver cómo se está reclamando que el objetivo principal de una alianza sea una mayor retribución al accionista, cuando estamos en una política de moderación y contención de costes".
Una postura que comparte el coordinador de UGT en Repsol, Jenaro Prendes, a quien le preocuopa sobremanera que "para sacar dinero a corto plazo vayamos a enajenar bienes a nivel mundial".
publicado en Economista.es
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