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20 febrero 2008

Empezaron las nacionalizaciones en el G-7


Bajo la Lupa
Alfredo Jalife-Rahme



El primer ministro británico Gordon Brown durante una conferencia ofrecida el pasado 8 de febrero en Londres titulada “El futuro de la gobernanza progresiva”. Brown habló sobre los problemas claves que afronta Gran Bretaña a consecuencia de la globalización, entre ellos cómo liberar el talento de todo niño y adulto, el envejecimiento de la población, la lucha contra el crimen, los servicios públicos personalizados y el cambio climático
Foto: Ap

¿A quién corresponde realizar las exequias del putrefacto neoliberalismo global,
antes de que provoque una pandemia bacteriológica?

Pareciera que la tarea de darle sepultura incumbe a la “realidad” –una de las dos herramientas de la salud mental–, ya que nadie de sus desacreditados turiferarios se atreve cobardemente a formular el deceso de un modelo pernicioso que causó tanta devastación financiera, depredación ambiental y miseria humana.

Mientras el “México neoliberal” pretende desnacionalizar Pemex, Gran Bretaña, centro de la globalización financiera, nacionaliza Northern Rock, uno de los bancos hipotecarios más importantes que cayó en la insolvencia debido a las atrocidades especulativas de sus salvajes directivos depredadores.

La nacionalización de Northern Rock, que será la tónica en el G-7 en los años venideros, ha causado conmoción en Gran Bretaña, en particular en los circuitos fundamentalistas thatcherianos del Partido Conservador (los Tories), cuyas teorías artificiales son inoperantes para el “fin de una era” (por cierto, título de nuestro más reciente libro editado en Argentina): la del dolarcentrismo en caída libre.

Ante la insolvencia del banco Northern Rock, que se embriagó en la especulación de las hipotecas de baja calidad (los célebres subprime), el gobierno laborista de Gordon Brown optó por proteger a los inversionistas que son legión.

En forma cínica, los seudobanqueros británicos, colocados en la picota por la opinión pública debido a sus manejos extravagantes, exigían su propio salvamento sin miramiento a los inversionistas, por lo que el gobierno decidió la nacionalización ante el temor de una fronda ciudadana.

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